sábado, 25 de mayo de 2013

Wimbledon: high definition

La mítica final de 2008 entre Roger y Rafa.
Por Martín Estévez

Comienza una nueva edición de Wimbledon y, para celebrarlo, recordamos las mejores finales de la historia del torneo.

Desde el 25 de junio hasta el 8 de julio se disputará en Londres la 126ª edición de Wimbledon, único Grand Slam que se juega sobre césped. El torneo más tradicional del mundo del tenis nos ha regalado una gran cantidad de finales memorables. Repasemos algunas de ellas.

1907: El primer extranjero
El torneo comenzó a jugarse en 1877 (Spencer Gore fue el campeón), cuando sólo competían tenistas locales. Las puertas se abrieron para los extranjeros en 1890, pero el dominio británico continuó hasta 1907, cuando el australiano Norman Brookes derrotó 6-4, 6-2 y 6-2 al inglés Arthur Gore. Brookes completó su gran año ganando el quinto y decisivo punto de la final de la Copa Davis ante el británico Roper Barrett.

1921: Tilden, en su esplendor
Bill Tilden fue uno de los mejores tenistas de la historia, polémico por su fuerte personalidad y porque confesó que era homosexual cuando aún era un tema tabú. Ya había ganado Wimbledon en 1920, pero un año después demostró que también era valiente en los courts. Perdió 4-6 y 2-6 los primeros sets de la final ante el sudafricano Brian Norton, pero ganó los tres siguientes (6-1, 6-0 y 7-5) para quedarse con el sexto de sus 21 Grand Slams sumando singles, dobles y dobles mixto.

1931: La final que nunca fue
La única vez que no hubo partido decisivo fue en 1931. En semis, Frank Shields había ganado pese a sentir molestias en una rodilla. Estaba decidido a jugar la final, pero horas antes recibió un pedido de la federación estadounidense: “Frank, no te arriesgues porque te necesitamos ileso para la serie de Copa Davis ante Gran Bretaña”. Shields aceptó el pedido y su compatriota Sidney Wood se consagró campeón sin jugar. Para peor, días después, en la Davis perdió el quinto y decisivo punto ante Bunny Austin, y Estados Unidos quedó eliminado.

1936: La paliza maldita
El gran Fred Perry, campeón en 1934 y 1935, llegó como gran favorito, pero pocos esperaban semejante muestra de superioridad. En sus primeros seis partidos, el inglés apenas perdió un set, y en la final demolió 6-1, 6-1 y 6-0 al alemán (jugaba bajo la nefasta insignia nazi) Gottfried von Cramm. Fue, junto al de 1881, el resultado más abultado en una final. Aquella vez, William Renshaw derrotó 6-0, 6-1 y 6-1 a John Hartley. Fue también el inicio de una maldición, porque desde entonces ningún británico ganó el torneo.

1959: Orgullo sudamericano
Ni Guillermo Vilas, ni Feña González, ni Guga Kuerten. El único campeón sudamericano de Wimbledon fue el peruano Alex Olmedo, que se impuso 6-4, 6-3 y 6-4 sobre el legendario Rod Laver. Nacido en Arequipa y nacionalizado estadounidense, tenía entonces 23 años. En 1958 había sido campeón de la Copa Davis y en 1959 también festejó en el Abierto de Australia.

1980: La última joya de Borg
El sueco sumaba 34 triunfos y cuatro títulos consecutivos en el césped londinense. Siempre centrado y ubicado, en la final se cruzó con su antítesis: el irascible John McEnroe. El estadounidense arrasó en el primer set: 6-1. Borg despertó y se impuso 7-5 en el segundo y 6-3 en el tercero. El cuarto parcial se definió con uno de los tie-breaks más famosos de la historia: 18-16 para McEnroe. La caída del imperio de Björn estaba a la vuelta de la esquina, pero soportó la presión, ganó 8-6 y celebró su quinto y último título en Wimbledon.

1990: El clásico de los ‘90
Stefan Edberg y Boris Becker mantuvieron una gran rivalidad a principios de la década de 1990. Uno de esos duelos sucedió en la final de Wimbledon. El sueco comenzó ganando 6-2 y 6-2. El alemán respondió en los sets siguientes: 6-3 y 6-3. Todo era saque y red, saque y red. El estadio explotaba y el quinto parcial no decepcionó: Edberg triunfó 6-4. Nuevamente, un sueco era rey de Londres. Dos meses después, alcanzaría el N°1 del ranking por primera vez.

2008: ¿El mejor partido de la historia?
Federer-Nadal, Nadal-Federer. Uno de los enfrentamientos deportivos más gloriosos de todos los tiempos. La final de Wimbledon 2008 fue el choque perfecto: técnica, lujos, excelencia. Los que vimos aquel partido, aún lo recordamos con emoción. Roger llegaba como N°1, pero Rafa arrancó 6-4 y 6-4. El suizo jugó dos sets infernales que ganó 7-6 (7-5 en el tie-break) y 7-6 (10-8). No hacía falta nada más para que casi todos supieran que estaban ante el mejor partido de la historia, pero ellos regalaron un bonus antológico: un quinto set para mirar una y otra vez en Youtube y seguir aplaudiendo. El resultado fue 9-7 para Nadal, pero el que ganó fue el tenis.

2009: Gracias, Roger
Gracias por tanta diversión, por tanto asombro, por tanto talento. Gracias por la humildad, el respeto, la grandeza. Gracias por, un año después de aquella derrota, construir un triunfo también legendario ante Andy Roddick. Un tensionante 5-7, 7-6, 7-6, 3-6 y 16-14 ubicado en el Olimpo de tus grandes hazañas. Gracias, Roger Federer, por haber brillado en Wimbledon.

El Top Five de las chicas
El tenis femenino también nos regaló memorables finales en Wimbledon. En 1911, en duelo británico, Dorothea Douglass logró ante Dora Boothby el único 6-0 y 6-0 en juegos decisivos. Dos leyendas se enfrentaron en 1970: la australiana Margaret Smith derrotó por 14-12 y 11-9 a la estadounidense Billie Jean King. En 1991, Martina Navratilova ganó su sexto Wimbledon consecutivo al vencer 7-5 y 6-3 a una jovencísima Steffi Graf. Al año siguiente, la alemana se tomaría revancha y obtendría el primero de sus siete títulos (uno ante la argentina Gabriela Sabatini). La última gran final fue en 2005, cuando Venus Williams sufrió hasta el final para imponerse 4-6, 7-6 y 9-7 a Lindsay Davenport.

PUBLICADO EN ACCESS DIRECTV Nº44 (JUNIO DE 2012)

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