sábado, 18 de agosto de 2012

Roger Federer - Lo peor de lo mejor

Por Martín Estévez

Roger Federer finaliza una temporada con más frustraciones que alegrías. A los 30 años, su carrera parece entrar en un claro declive. ¿Se acabó su era de gloria?

Decir que el 2011 fue un mal año para Roger Federer habla bien de él. Lo enaltece. Resignifica su maravillosa carrera, quizás la mejor de un tenista en la historia. El 2011 fue el ciclo menos genial del siglo para Federer, pero señalarlo como fecha de defunción de su era de gloria es una falta de respeto y un riesgo. No porque es el único que ha ganado 16 Grand Slams, sino porque también es el único que venció este año al invencible Novak Djokovic. Sin lesiones, sin abandonos y nada menos que en Roland Garros, lo superó 7-6, 6-3, 3-6 y 7-6.

Aun así, la teoría que postula que Federer entró en su etapa de declive tiene fundamentos. El más poderoso es el tiempo: el suizo ya cumplió 30 años y son pocos los tenistas de su generación que sobreviven entre los mejores. De hecho, Roger es el jugador de mayor edad entre los veinte primeros del ranking. Otro argumento rotundo son sus títulos: este año fue campeón solamente en Doha (en enero, ante Davydenko en la final). Es su marca más baja en torneos ganados desde 2001, cuando todavía era un adolescente y estaba lejos del Top Ten. En 2006 había ganado doce trofeos, su récord; y en 2010 sumó cinco.

Esas estadísticas prácticamente invitan a Federer a quedarse en su casa en 2012. A reconocer la superioridad de Djokovic y Nadal, los jóvenes héroes del circuito, y a asumir que su tiempo ya fue. Roger cumplirá 31 años y ya pasó una eternidad de diez meses desde que fue campeón por última vez. Desde entonces, Rafa sumó tres títulos y Novak, diez.

Sin embargo, ése es el vaso medio vacío en la actualidad de Federer. Desde otra perspectiva, parece imposible considerar que 2011 fue un mal año para él. Por ejemplo, no sólo ganó su título número 67, sino que también superó las 762 victorias que logró Pete Sampras. Además, después de dos años de ausencia, volvió a jugar la Davis con planilla perfecta en singles: tres partidos y tres victorias, alcanzando 30 triunfos en la Copa, los mismos que sumó Andre Agassi antes de su retiro.

¿Más? Claro que hay más. Federer repitió en 2011 un logro inmenso que él naturalizó con su talento: llegar a los cuartos de final en todos los Grand Slams. Pensemos en las emociones que se generan en Sudamérica cuando uno de los nuestros se mete entre los ocho mejores en los grandes torneos. Fernando González, por ejemplo, lo logró siete veces. David Nalbandian, diez. Y el joven Juan Martín Del Potro, apenas dos. Una vez que incorporemos lo complicado que es llegar a cuartos de final en un Grand Slam leamos este dato: Federer lo ha logrado treinta veces consecutivas. Sí, treinta. Desde Roland Garros 2004 (perdió ante Guga Kuerten en la tercera rueda), Roger avanza al menos cuatro rondas en Australia, en Roland Garros, en Wimbledon y en el US Open. Y si ese mérito no es exclusivo de 2011, porque lo acumuló en los últimos años, hay otro que sí pertenece por completo a esta temporada: Federer sigue ganando tanto como siempre. La efectividad histórica del suizo (80,9% de triunfos) se mantuvo prácticamente intacta en 2011 (80,4% al cierre de esta edición). Porque, aunque haya obtenido un solo título, también llegó a la final en Dubai y Roland Garros, y a semifinales en Australia, Indian Wells, Miami, Madrid y el US Open. Y sigue número 3 en el ránking, por encima de amenazas como Andy Murray, David Ferrer, Robin Soderling y Gael Monfils.

La inteligente mente de Federer ya comenzó a trabajar para la temporada 2012. Dependerá de su voluntad que sea un año de retroceso y decadencia, o uno en el que supere nuevas metas y desafíos. Ganar su Grand Slam número 17, superar los 76 títulos de John McEnroe y dejar atrás los 34 triunfos de Fred Perry en Copa Davis son algunos de los logros históricos que Federer podría alcanzar en sólo doce meses. El otro objetivo, el más alto, la hazaña que transformaría el final de su carrera en una epopeya posmoderna, no es imposible. Inténtelo, señor Roger, aunque sea por última vez. El puesto número uno del ránking lo espera. 

PUBLICADO EN ACCESS DIRECTV Nº37 (NOVIEMBRE DE 2011)

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