martes, 28 de diciembre de 2010

Historia de los Mundiales: capítulo 1 (1930 a 1970)

Sabemos que en estos meses te vas a cansar de leer notas sobre Sudáfrica 2010, pero ninguna con el estilo [W]. Traiciones, amenazas, esperanza, guerras: te mostramos la otra cara de la Copa del Mundo.

Ya sabemos de memoria que Brasil ganó cinco Copas del Mundo, que Maradona la rompió en México ’86, que nunca se había disputado un Mundial en África. Esos datos, fáciles de encontrar hasta en la Paparazzi, no están en esta nota. En [W] queremos ofrecerte una mirada distinta. En esta primera parte, espiamos qué pasó entre 1930 y 1970.

Uruguay 1930. Uruguay era el mejor, pero aunque fue campeón no pudo demostrarlo. ¿Por qué? Porque había ganado la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928, pero al primer Mundial no asistieron las potencias de entonces (Inglaterra, Holanda, Suiza, Italia), un poco por los costos y mucho como represalia por la elección de la sede. No es culpa de los uruguayos (hasta ofrecieron pagar los traslados), pero el Mundial no fue tan mundial.



Italia 1934. En la Italia fascista del genocida Benito Mussolini, el local tenía que ser campeón para usar la copa como propaganda política. Si la renuncia de Uruguay, en respuesta al boicot de 1930, ya le había quitado méritos deportivos, la manipulación que significaba competir bajo un contexto que se asemejaba al Infierno le quitó casi todo prestigio a la conquista del campeón Italia. ¿Se festeja un título que festejó Mussolini?

Francia 1938. No es tan triste como el ’34, pero tampoco huele a fresias. Para empezar, se rompió el trato de realizar el torneo alternadamente en América y Europa porque Jules Rimet, presidente de la FIFA, quería ver un Mundial en su tierra. Uruguay y Argentina, disconformes, no participaron. Otro candidato, Austria, fue anexionado por la Alemania de Hitler, pero el mejor austríaco, Matthias Sindelar, se negó a jugar con la esvástica en el pecho y, tras ser perseguido porque su esposa era judía, se suicidó junto a ella. Como si no fuera suficiente, la copa quedó otra vez en manos de Mussolini. Todo mal.

Brasil 1950. Brasil participó en el ’38 pese a que Sudamérica había sido traicionada, y tuvo premio: la localía. Alemania fue excluida (como repudio a los hechos de la II Guerra Mundial) por la misma organización que permitió las amenazas de Mussolini en 1934 y los festejos de Videla en 1978. De los 16 clasificados, tres renunciaron (la India, porque no les permitían jugar descalzos). El campeón fue Uruguay, valiente para ganarle el juego decisivo (famoso Maracanazo) a los brasileños, injustamente tildados de fracasados luego de anotar 21 goles en los 5 partidos previos.

Suiza 1954. Suiza organizó un Mundial prolijito, pero otra vez el campeón no fue indiscutido: aunque Alemania levantó la copa, el mejor había sido Hungría, que metió 27 goles en 5 partidos, incluyendo un 8-3 a los alemanes en primera ronda. No es para tanto: mejor un campeón con suerte que jugar al lado de un campo de concentración, ¿no?

Suecia 1958. Aunque Hungría no tuvo a sus mejores futbolistas, que escaparon del país por la invasión soviética, en 1958 por fin se puede hablar de fútbol. El campeón, Brasil, comienza a construir su reino en base a un estilo aún inimitable. Y, lo más importante, gana sin ayudas políticas o antirreglamentarias. Era hora.

Chile 1962. Argentina era uno de los dos postulantes para organizar el Mundial, pero se lo quedó Chile (de nula tradición futbolística), que en 1960 soportó el terremoto de Valdivia y mantuvo la confianza de la FIFA. En lo futbolístico, Brasil fue otra vez campeón con justicia y el local (ayudado por el árbitro en un juego contra Italia) consiguió un brillante tercer puesto.

Inglaterra 1966. ¿Siempre tiene que pasar algo? Los países africanos renunciaron a la Eliminatoria porque no se les otorgó un cupo (debían dividirlo con Asia), pero no fue todo. En la final, cuando Inglaterra y Alemania empataban 2-2, le dieron un gol al local… ¡aunque la pelota no entró! Sí: Inglaterra campeón, pero a mano armada.

México 1970. Durante las Eliminatorias, un cruce entre Honduras y El Salvador extremó la tensión política entre ambos y provocó una guerra que generó más de 4 mil muertos. Pero terminemos este capítulo con algo más agradable: el Mundial fue el de mejor nivel hasta entonces y la rompió Brasil, que con Pelé y gran elenco revolucionó al fútbol.

PUBLICADO EN REVISTA [W] Nº11 (MARZO DE 2010)

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