viernes, 16 de julio de 2010

La violencia es sólo una moda pasajera

Ya se presentaron los principales temas de interés de la colección ‘otoño-invierno 2009’ del fútbol argentino. Sin embargo, en [W] preferimos la memoria constante al glamour fugaz.

El escritor argentino Hernán Casciari tipeó alguna vez: “Todos los temas del mundo son una moda”. La teoría, bastante transgresora, se cumple con eficacia sorprendente en el fútbol argentino.

La disputa Maradona-Riquelme en la Selección, el retorno de Martín Palermo, la aparición del salvador Cristian Fabbiani, y dos o tres asuntos más rebotaron una y otra vez en los medios de comunicación durante febrero. Lo demás parecía solucionado.

Parecía solucionada, por ejemplo, la violencia. Parecía que no había miedo, que no golpeaban a los hinchas en los accesos, que no había amenazas ni robos ni barrabravas. Hasta parecía que los hinchas visitantes podían ir a las canchas en las divisiones de ascenso. La violencia, desde hace meses, no era prioridad. Los enfrentamientos entre la barra de Boca y las amenazas al plantel de Racing consiguieron que ese grave problema social y educativo volviera a ganar espacio en los medios. Pero antes… ¿por qué no se hablaba del peligro permanente que es el fútbol argentino?

También parece solucionado el tema de las drogas. Parece que no hay más casos de doping porque los futbolistas se han aislado de una sociedad que sí consume. No, no, mejor aun: parece que la sociedad ya no precisa ni utiliza drogas. Por eso el fútbol argentino no tiene conexión con esos asuntos. Si no fuera así, ¿por qué no se sigue debatiendo si el uso de drogas sociales debe castigarse o no?

Hace mucho tiempo que no escucho a alguien hablar de Juan Pablo Sorin, símbolo de la Selección en el Mundial 2006. Nadie analiza qué sucede con Javier Saviola y Pablo Aimar, jugadores brillantes que han visto su carrera declinar cuando deberían estar en su punto máximo. A esta altura no sé si el Chelito César Delgado sigue jugando, si en Genoa hay algún argentino en alto nivel o si los baños de las canchas siguen siendo un asco. ¿Por qué temas deportivamente vitales hasta hace poco tiempo hoy parecen no existir?

Sobre la violencia se hablará durante algunas semanas. Después, el olvido. El mundo del fútbol continuará atento al uso del aerosol para marcar la distancia en los tiros libres, a conseguir una declaración de Riquelme o a esperar la segunda parte de Arruabarrena barrenando en una publicidad. Los demás temas (preocupantes, urgentes o interesantes) esperarán su momento de auge. Porque hasta que Maradona no compare a Diego Milito con Sergio Agüero, hasta que no haya un doping positivo o hasta que no se sufra otra muerte en las canchas, no habrá debates, opiniones, investigación ni justicia. Porque los buenos delanteros, el control antidoping y el contexto social del fútbol, sencillamente, no están de moda.


PUBLICADO EN REVISTA [W] Nº2, MARZO DE 2009

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